Mejorando el Diseño de los Programas de Subsidio Condicionado: Evidencia de un Experimento Educacional Aleatorio en Colombia
- Secondary schools
- Students
- Urban population
- Dropout and graduation
- Enrollment and attendance
- Long-term results
- Cash transfers
- Savings
- Subsidies
- Conditional cash transfers
Problema de política pública
Durante la última década muchos países en desarrollo han aumentado sus tasas de acceso a la educación primaria, animados por iniciativas tales como los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la Naciones Unidas, las cuales llaman a alcanzar una educación primaria universal para el 2015. Sin embargo, el alto nivel de ausentismo escolar es un desafío considerable, ya que las familias pueden enfrentar muchas barreras y costos de oportunidad si envían a sus hijos a la escuela. Se piensa que los temas de matrícula escolar son más acentuados en las niñas, familias de bajos ingresos y niños mayores. A pesar de la importancia de la educación, los académicos y legisladores aún se encuentran lejos de comprender lo que determina si los niños son educados o por cuánto tiempo. Los programas de subsidios condicionados han probado ser efectivos en mejorar los resultados educacionales en algunos entornos (particularmente en programa PROGRESA/ Oportunidades de México); sin embargo su impacto en otros objetivos, en otros ambientes puede ser muy diferente.
Contexto de la evaluación
Colombia es un típico país Latinoamericano de ingreso medio. La mortalidad infantil es relativamente baja, 21 de cada 1.000 nacimientos, y el 18% de la población vive con menos de dos dólares al día. Al igual que muchos países de ingreso medio la asistencia a clases en Colombia es cercana al 100 % para los niños menores, pero baja sustancialmente después de los 13 años. La asistencia promedio es 92% entre los jóvenes de 15 años, 90% entre los jóvenes de 16 años y 80% entre los de 17 años. La caída es considerablemente más rápida para aquellas personas de bajos ingresos: para la edad de 17 la tasa de asistencia cae a 65% en este grupo. Además, en 2003 las personas en la parte más baja del índice de pobreza de Colombia representaron casi el 74% de aquellos no matriculados apropiadamente en la escuela. La razón principal citada para el abandono es el costo de la educación. Los estudiantes deben pagar para matricularse cada año y pagar por los artículos requeridos tales como uniformes, libros y útiles escolares. Los costos mensuales de educación fluctúan entre US$13 y US$22 – un gasto relativamente alto, considerando que las familias más pobres en Bogotá tienen ingresos inferiores a US$ 750 al año.
Detalles de la intervención
En 2005 la ciudad de Bogotá estableció el programa de Subsidios Condicionados a la Asistencia Escolar, en un esfuerzo para mejorar la retención de los estudiantes, bajar las tasas de abandono y reducir el trabajo infantil. Tres estructuras diferentes de incentivos para un nuevo sistema de subsidios condicionados fueron implementadas como piloto en dos localidades dentro de la cuidad:
Modelo básico: Los participantes recibieron US$15 mensuales bajo la condición de que el niño asistiera a la escuela al menos un 80% de los días requeridos para ese mes. El valor total anual del subsidio (US$150) es tres veces más que las ganancias del mercado laboral promedio informado de los estudiantes y es levemente más que el gasto en educación anual promedio informado (US$125). Los alumnos eran sacados del programa en el caso que no lograran alcanzar el siguiente grado escolar en dos oportunidades, no lograran cumplir con el objetivo de asistencia en dos periodos sucesivos, o fuesen expulsados de la escuela. Tratamiento de ahorro: Esta variable cambia el tiempo de los subsidios ahorrando una porción del ingreso mensual en una cuenta bancaria que se paga de una sola vez. Los US$15 mensuales, aún bajo la condición de una tasa de asistencia de un 80%, se dividen en un pago directo de US$10 y un componente de ahorro de US$ 5; el cual es mantenido en una cuenta bancaria. Los fondos acumulados están disponibles para las familias al final del año, justo antes de la matrícula para el siguiente grado escolar. Este pago de una sola vez de los ahorros acumulados no está condicionado a futuras tasas de asistencia, vale decir, una vez que el niño ha cumplido con el objetivo de asistencia para un mes, los US$5 en el banco serán pagados a la familia al final del año independiente de la asistencia en los futuros meses. Esta estructura crea un mecanismo para que las familias ahorren dinero para los costos anuales de matrícula, los cuales podrían de otro modo ser un obstáculo para la continuidad de los alumnos de un grado escolar a otro. Tratamiento terciario: Además de entregar un incentivo para la asistencia a la escuela, este tratamiento entregó incentivos para graduarse y luego matricularse en una institución de educación superior. Al igual que en el tratamiento de ahorro en el corto plazo, el subsidio mensual se redujo de US$15 a US$10. Sin embargo, una vez graduados, los estudiantes adquirían el derecho a recibir una transferencia de US$300 equivalentes a 73% del costo promedio de un año en una escuela vocacional, si ellos se matriculaban en una institución de educación superior dentro de un año.Resultados y lecciones de la política pública
Al conducir dos experimentos distintos, esta investigación descubre que cambiar la estructura de los programas de subsidio puede tener un efecto significativamente distinto sobre las tasas de matrícula y asistencia, al igual que la graduación, matrícula en una escuela secundaria o matrícula en una institución terciaria. El primer experimento compara el tratamiento “básico” con el tratamiento “ahorros”, mientras que el segundo experimento evalúa el tratamiento “terciario”.
En promedio, todos los diseños aumentaron significativamente la asistencia, generando ganancias de 3 a 5 puntos porcentuales. A pesar de los reducidos subsidios bimensuales, los tratamientos de ahorros y terciarios aumentan las tasas de asistencias al menos tanto como el tratamiento básico. Sin embargo, estos tratamientos alternativos son superiores a un subsidio básico al momento de considerar las tasas de matrícula en los niveles tanto secundarios como terciario. Dentro de la escuela secundaria, posponer simplemente parte de la transferencia de subsidio aumenta la re-matrícula en 4 puntos porcentuales comparados con ningún cambio significativo para los estudiantes en el tratamiento básico. El tratamiento terciario aumenta la matrícula secundaria en 3,7 puntos porcentuales. Los tratamientos de ahorros y terciarios también parecen tener éxito en el aumento de la matrícula en instituciones terciarias. El tratamiento de ahorro aumenta la matrícula en 9,4 puntos porcentuales, mientras que el tratamiento terciario prueba ser particularmente efectivo, aumentado la matrícula en 48,9 puntos porcentuales. Además, este estudio identifica los grupos específicos, en los cuales las diferentes intervenciones tienen los mayores efectos. Las mayores diferencias, por ejemplo, en el rendimiento de los tratamientos básico y de ahorros, están completamente dirigidas por sus efectos en los alumnos con mayor riesgo. El tratamiento de ahorros es especialmente efectivo para mejorar la matrícula de los estudiantes de menores ingresos y estudiantes con las tasas más bajas de participación. En comparación, el tratamiento básico tiene poco efecto sobre estos grupos de estudiantes. El tratamiento terciario tiene un tratamiento similar al tratamiento de ahorro con un impacto mucho más significativo sobre los estudiantes proclives a no matricularse. Esto sugiere que las modificaciones en la estructura de estas intervenciones también pueden ayudar a orientar el problema cumpliendo mejor con las necesidades de aquellos estudiantes más proclives a abandonar la escuela. Existe alguna evidencia que la participación en estos programas puede causar una reubicación potencialmente preocupante de los recursos dentro de una familia. Estos efectos de externalidad son por ejemplo evidentes en la conclusión que los hermanos (particularmente hermanas) de los estudiantes tratados trabajan más y asisten menos a la escuela que aquellos en familias que no recibieron tratamiento. Dichas conclusiones sugieren que las familias pueden decidir concentrar los recursos hacia los hijos e hijas que se han convertido en beneficiarios del programa y alejarlos de aquellos niños que no lo eran. En general, esta investigación muestra que experimentar con el diseño de programas de incentivos puede tener beneficios sustanciales en términos de eficacia de estos programas. Postergar simplemente algunos de los subsidios al pago de un solo monto significativo efectuado al momento de re-matricularse aumenta la matrícula tanto en las instituciones secundarias como terciarias sin reducir la asistencia diaria, particularmente para los estudiantes más pobres y para aquellos con mayor riego de abandonar la escuela. Además, incentivar la graduación más que la asistencia por si sola ha probado ser particularmente efectiva, llevando a niveles más alto de asistencia diaria y niveles más altos de matrículas en los niveles secundarios y terciarios .