Tutorías remotas: una solución prometedora para acelerar aprendizajes
Este artículo fue publicado originalmente en el blog del Banco Interamericano de Desarrollo.
Durante la pandemia de Covid-19, las tutorías remotas se posicionaron como una solución a los problemas educativos derivados del cierre masivo de escuelas. En momentos en que empezamos a visualizar las primeras consecuencias de la pandemia en los resultados de las y los estudiantes, lo que se ve no es bueno. Las estimaciones indican que el cierre de escuelas podría expulsar a 24 millones de niñas y niños del sistema educativo, que cuatro de cada cinco países tuvieron pérdidas de aprendizaje, que los estudiantes se están quedando atrás, y que las brechas educativas se han ampliado. Y los alumnos más marginados son los que sufren los peores efectos.
Muchos de estos retos ya existían antes de la pandemia. Sin embargo, el Covid-19 creó una urgencia añadida para encontrar soluciones innovadoras, incluso cuando las condiciones comienzan a volver a la normalidad.
Los grandes problemas requieren soluciones innovadoras
Una iniciativa innovadora desarrollada en Italia en medio de la pandemia es el Programa de Tutoría Online (TOP). En 2020, poco después de que cerraran las escuelas en Italia, nosotras (Michela Carlana de la Universidad de Harvard y Eliana La Ferrara de la Universidad Bocconi) nos asociamos con expertos en pedagogía para poner en marcha un programa de tutoría que pudiera impartirse a distancia a estudiantes de entornos desfavorecidos que tuvieran dificultades durante el aprendizaje a distancia.
En pocas semanas, nuestro equipo elaboró el contenido del programa, se puso en contacto con las escuelas de Italia para identificar a los posibles alumnos, reclutó a los tutores y, en abril, puso en marcha TOP.
Antes de comenzar, numerosos estudios ya sugerían que las tutorías -es decir, las sesiones complementarias de instrucción individual o en pequeños grupos- podían dar lugar a grandes mejoras en los resultados de aprendizaje.
Sin embargo, conscientes de la falta de evidencia sobre las tutorías a distancia, nuestro equipo de investigación llevó a cabo una evaluación aleatoria para comprobar la eficacia de contar con tutores voluntarios que ofrecieran de tres a seis horas de tutoría a distancia cada semana durante las cinco semanas que duró el programa.
Los resultados fueron positivos: señalaron que TOP como programa merecía ser ampliado. La intervención mejoró el rendimiento académico, así como las habilidades socioemocionales, las aspiraciones y el bienestar. Esto animó a nuestro equipo de investigación a ampliar TOP en Italia y a implementarlo y evaluarlo en República Dominicana junto con Astrid Pineda, donde también obtuvo resultados prometedores.
Tutorías remotas en un contexto pospandémico
Uno podría preguntarse si tiene sentido continuar con un programa como TOP ahora que las escuelas están abiertas. Ciertamente lo tiene.
Por un lado, tanto las tutorías en línea como las presenciales permiten a los educadores adaptar la enseñanza al nivel de aprendizaje de cada alumno,
una práctica que se ha revelado como una alternativa rentable cuando los alumnos se están quedando atrás en el plan de estudios y existe una gran variación en los niveles de aprendizaje dentro de las aulas. Eso es precisamente lo que está ocurriendo tras el cierre de escuelas.
Por otra parte, programas de tutoría con un enfoque innovador podrían ser más viables a la hora de ser ampliados que las intervenciones de tutoría “tradicionales”.
Las principales razones por las que las tutorías remotas son escalables
Hay dos características que hacen que las tutorías remotas sean especialmente adecuadas para ser ampliadas en la magnitud que exige la actual crisis educativa:
- Las ofrecen voluntarios.
- Se imparten a distancia.
El hecho de recurrir a voluntarios en lugar de a profesionales remunerados permite a TOP reducir considerablemente los costes y encontrar instructores muy motivados.
Por otra parte, las sesiones en línea evitan los desplazamientos y facilitan la programación, lo que hace que el proyecto sea mucho más atractivo para los posibles tutores y permite que se beneficien los estudiantes de zonas remotas.
¿Cuáles son los próximos pasos en los países latinoamericanos?
Teniendo en cuenta los resultados anteriores de TOP y sus ventajas sobre algunas otras intervenciones que buscan mejorar los resultados educativos, decidimos ampliar su alcance.
El programa sigue implementándose en República Dominicana y en Italia, pasando a un modelo en el que la aplicación del programa está dirigida por una ONG (CIAI). Nuestro equipo de investigación está llevando ahora el programa a Río de Janeiro, Brasil y Uruguay, junto con la cooperación técnica y financiera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en coordinación con las autoridades locales y los ejecutores.
No somos los únicos que vemos a las tutorías remotas como un camino prometedor. Este tipo de tutorías se han presentado como un medio para acelerar el aprendizaje.
Esto significa que puede ayudar a preparar a los niños para que dominen los contenidos venideros, en lugar de apresurarlos en el mismo plan de estudios en el que están rezagados.
El BID también está empujando en esta dirección y está apoyando varias iniciativas de tutoría en línea en América Latina y el Caribe.
Creemos que el trabajo conjunto entre los gobiernos, la academia y las diferentes organizaciones ayudará a construir una comunidad de práctica y a mejorar las tutorías remotas para que puedan llegar efectivamente a quienes más las necesitan.