Capacitación Vocacional para Jóvenes Desfavorecidos en Colombia
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- Apprenticeships and on-the-job training
Un programa de capacitación profesional para jóvenes vulnerables en Colombia, que combinó entrenamiento en las salas de clases con una pasantía laboral, incrementó las tasas de empleo y los ingresos entre las mujeres participantes.
Problema de política pública
El desempleo juvenil es un problema serio, tanto en las economías desarrolladas como en las que están en vías de desarrollo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que hacia fines del año 2010 había 75 millones de jóvenes en el mundo enfrentando dificultades para encontrar un empleo, cinco millones más que en el año 2007. Más aún, los jóvenes son el grupo demográfico con peores perspectivas de empleo en tiempos de crisis económica, ya que suelen ser los últimos en entrar y los primeros en salir del mercado laboral.
Entre otros factores, el desempleo juvenil se suele atribuir a la falta de habilidades laborales. En varios países en desarrollo, los sistemas educacionales no logran entregar las habilidades necesarias para conseguir un trabajo, en especial en el sector formal. Para ayudar a solucionar este problema, gobiernos de todo el mundo, incluyendo varios en América Latina, han puesto en acción programas de capacitación para jóvenes. Aunque la evidencia proveniente de evaluaciones de programas de este tipo en países desarrollados es mixta, esta puede no ser relevante para las necesidades y contextos de países de ingresos bajos y medios, donde las habilidades iniciales son generalmente más bajas y al empleo formal acceden principalmente aquellos con mayor nivel de educación.
Contexto de la evaluación
Como consecuencia de la recesión económica de fines de los años noventa, el gobierno de Colombia implementó una serie de programas sociales para mitigar los efectos de la recesión. Entre ellos, se encuentra Jóvenes en Acción, un programa de capacitación profesional gratuito dirigido a jóvenes entre 18 y 25 años de edad. Para participar, los jóvenes debían encontrarse desempleados y pertenecer al 20 por ciento de la población con menores ingresos. El programa fue implementado en las siete ciudades más grandes del país y benefició a 80 mil personas durante un período de cuatro años a partir del año 2002.
Detalles de la intervención
La evaluación se hizo con el último grupo de participantes, quienes recibieron las capacitaciones en el año 2005. A cada uno de los 114 institutos de capacitación que participaron en el programa se les pidió seleccionar hasta un 50 por ciento más de los postulantes que podían capacitar. Los seleccionados fueron luego asignados aleatoriamente para llenar las más de 26 mil plazas disponibles. Estos últimos conformaron el grupo de tratamiento, mientras que los postulantes restantes conformaron el grupo de comparación. Esta metodología permitió a los investigadores controlar por la auto-selección al programa. Es decir, tanto los individuos en el grupo de tratamiento como aquellos en el grupo de comparación, escogieron postular al programa y fueron seleccionados como elegibles por los institutos.
El programa consistió en tres meses de clases seguidos por tres meses de capacitación en el lugar de trabajo. Las clases fueron impartidas por institutos privados seleccionados mediante un proceso de licitación. Estos institutos ofrecieron una variedad de cursos, tendientes a proporcionar aquellas habilidades más demandadas por el mercado laboral local.
Después de asistir a las clases, los jóvenes participaron de una capacitación de tres meses en el lugar de trabajo (o capacitación en planta) mediante pasantías no pagadas en empresas especializadas en manufactura, comercio y servicios. En promedio, la pasantía tuvo una duración de 5.2 horas de trabajo por día.
Durante los seis meses del programa, los participantes recibieron un estipendio de US$2.20 por día para ayudar a costear sus gastos de transporte y alimentación. Las mujeres con hijos menores de siete años de edad recibieron US$0.80 por día adicionales para ayudar a costear los gastos de cuidado infantil.
Debido a la gran escala del programa, los investigadores encuestaron a una muestra aleatoria de aproximadamente 2 mil postulantes de ambos grupos, tratamiento y comparación. Las encuestas fueron realizadas entre 13 y 15 meses después de que concluyera el programa.
Resultados y lecciones de la política pública
Las mujeres que participaron en el programa incrementaron sus probabilidades de obtener empleo.
El empleo entre las mujeres participantes fue de 5.4 puntos porcentuales más alto que para aquellas en el grupo de comparación, mientras que el empleo pagado fue de 6.8 puntos porcentuales más alto (Figura 1). El programa, sin embargo, no tuvo un impacto detectable en las probabilidades de empleo para los hombres.
El programa de capacitación incrementó los ingresos de las mujeres.
El programa incrementó los ingresos de las mujeres en casi US$18 por mes, representando un aumento de 19.6 por ciento respecto a las mujeres que no recibieron la capacitación. En el caso de los hombres, no se detectaron diferencias en los ingresos.
Los participantes del programa tuvieron una mayor probabilidad de trabajar en el sector formal.
La probabilidad de tener un empleo en el sector formal tuvo un incremento de 5.8 y 6.9 puntos porcentuales para los participantes hombres y mujeres, respectivamente. Comparadas con los hombres, quienes tras el programa pasaron principalmente del sector informal al formal sin mayores ganancias netas en empleo, las mujeres transitaron del desempleo al sector formal, con ganancias en empleo e ingresos. Estos resultados sugieren además la existencia de ganancias adicionales, ya que los empleos formales suelen tener beneficios que no son fácilmente cuantificables, incluyendo mejor acceso a un seguro médico, pensiones y compensación por accidentes.
Análisis de costo-beneficio Una comparación simple entre los costos y los beneficios del programa para las mujeres muestra que la capacitación fue una buena inversión. El costo de implementar el programa para el gobierno de Colombia fue de US$750 por participante. A esto se suman alrededor de US$62 como costos de oportunidad de los jóvenes por estar fuera de la fuerza laboral durante la duración del programa. Por su parte, los investigadores estimaron que las ganancias netas en los ingresos futuros de las mujeres participantes varían entre US$666 y US$2,993, dependiendo de los supuestos utilizados con respecto a la prontitud con la cual desaparecen los efectos del programa a lo largo del tiempo. Estas estimaciones pueden subestimar las ganancias totales del programa ya que no consideran los posibles beneficios no monetarios asociados al trabajo en el sector formal.La capacitación de jóvenes en habilidades específicas puede facilitar la integración de éstos al mercado laboral, particularmente al sector formal.
Los bajos niveles de habilidades entre los jóvenes vulnerables junto a una alta demanda por trabajadores capacitados, especialmente en países de ingresos medios como Colombia, sugieren la existencia de una alta necesidad por capacitaciones profesionales. Al proporcionar habilidades valoradas por las empresas y oportunidades de contacto con empleadores, este tipo de programas puede facilitar el acceso al sector formal, el cual ofrece sueldos más altos y otros beneficios no salariales.
Facilitar el acceso a programas de capacitación puede crear mayores oportunidades laborales y beneficios para más jóvenes vulnerables.
El programa tuvo una alta razón de beneficio sobre costo entre las mujeres participantes, ayudando además a sus participantes a integrarse al sector formal. Sin embargo, aún existen muchas barreras de acceso, como falta de información y altos costos de matriculación, que pueden prevenir que los jóvenes se matriculen en estos programas. Facilitar el acceso a programas de capacitación de este tipo puede contribuir a que los jóvenes salgan del desempleo y obtengan los beneficios asociados al empleo formal.
Explicando el éxito de Jóvenes en Acción En medio de muchas evaluaciones de programas de capacitación que no han producido resultados positivos (para mayor información ver el documento Youth Review Paper de J-PAL), el éxito de Jóvenes en Acción es una excepción importante. Varios factores específicos al programa y a su contexto pueden explicar estas diferencias. El programa fue implementado en un país con una oferta limitada de empleos formales, usualmente accesibles solo entre aquellos con mayor educación, lo que sugiere que existen potenciales ganancias en programas que entreguen habilidades relevantes al mercado local. Además, el programa de capacitación se implementó combinando dos elementos: instrucción en el salón de clases, con el objeto de mejorar las habilidades y la productividad de los participantes, y pasantías que permiten a los empleadores obtener información útil sobre la calidad de los potenciales empleados. Aunque esta evaluación no tenía por objeto separar los efectos de los diferentes componentes del programa, futuras investigaciones sí podrían hacerlo y así ayudar a diseñar mejores programas y políticas de capacitación.Attanasio, Orazio, Adriana Kugler, and Costas Meghir. 2011. "Training Disadvantaged Youth in Latin America: Evidence From a Randomized Trial." American Economic Journal: Applied Economics 3 (July 2011): 188-220. Attanasio, Orazio, Arlen Guarín, Carlos Medina, and Costas Meghir. "Long Term Impacts of Vouchers for Vocational Training: Experimental Evidence for Colombia." NBER Working Paper No. 21390, July 2015.