El Impacto de Tutorías a Corto Plazo en Habilidades Cognitivas y No-Cognitivas en Chile
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Una literatura creciente ha mostrado que los programas de reforzamiento educativo que usan personal no docente tales como padres y voluntarios podrían mejorar los resultados de aprendizaje en los estudiantes que asisten a escuelas de bajo rendimiento. En Chile, los investigadores están evaluando el efecto de que estudiantes universitarios impartan tutorías a grupos pequeños en escuelas de bajo rendimiento sobre habilidades en lenguaje y actitudes hacia la lectura.
Problema de política pública
Mejorar los resultados educativos de los estudiantes con bajo rendimiento académico y escuelas de bajos recursos es un tema y debate importante entre los responsables de políticas públicas y académicos. Si los bajos niveles de aprendizaje no se abordan prematuramente en la trayectoria escolar de un niño, estos pueden empeorar con el tiempo en términos de habilidades cognitivas y no cognitivas. Algunas investigaciones señalan que, con algunos meses de estudio y atención personalizada, es posible mejorar los resultados académicos de los estudiantes de más bajo rendimiento, para que así puedan alcanzar su nivel esperado de competencia. No obstante, muchas escuelas pobres no pueden ofrecer esta instrucción adicional debido a que carecen de recursos para contratar docentes profesionales. Por otro lado, una creciente literatura ha demostrado que los programas de reforzamiento educativo que usan personal no docente, tales como padres y voluntarios, pueden mejorar los resultados académicos del estudiante. Sin embargo, no hay mucha evidencia acerca del efecto que tienen estos programas de voluntariados en el corto plazo sobre las habilidades cognitivas como la lectura, y habilidades no cognitivas como el autocontrol.
Contexto de la evaluación
A pesar de que Chile tiene un sistema educacional bien desarrollado tanto a nivel primario como secundario, la mayoría de los estudiantes que cursan la educación superior provienen del grupo de ingresos más altos del país. En el año 2006, un octavo de los jóvenes provenientes de las 10 poblaciones más pobres se matriculó en educación superior, en comparación a más de la mitad de los jóvenes de las 10 más pudientes del país. Un obstáculo substancial para la búsqueda de educación superior para aquellos que están en los grupos de más bajos ingresos es el alto costo de la matricula: para los hogares de los deciles de ingresos más bajos, el costo de matrícula por un año en una universidad pública es de un 141 por ciento del ingreso medio anual en el 2003. Además, la ayuda económica se entrega en base al mérito, por lo tanto es especialmente importante que los estudiantes de bajos recursos obtengan buenas calificaciones y puntajes más altos en el examen de admisión universitaria, para así poder financiar su educación. Si las dificultades en aprendizaje no se abordan prematuramente en la trayectoria educativa, estas se podrían traducir en una desventaja significativa en la búsqueda de educación superior.
Detalles de la intervención
Con el fin de mejorar la comprensión lectora y las actitudes frente a la lectura en estudiantes de cuarto grado provenientes de escuelas más vulnerables, el Ministerio de Educación de Chile se asoció con la “Fundación para la Superación de la Pobreza" (FSP) en 2010 para implementar el Servicio País en Educación (SPE). De las municipalidades más pobres de las regiones de Santiago y el Bío-Bío, el Ministerio de Educación de Chile seleccionó a las 85 escuelas públicas y privadas que obtuvieron un puntaje bajo el promedio en la sección de lenguaje de la prueba estandarizada nacional de Chile. De estas 85 escuelas, 45 fueron seleccionadas de forma aleatorizada para recibir SPE y las 40 restantes sirvieron como escuelas de comparación.
El SPE trajo estudiantes universitarios voluntarios a las escuelas primarias, en donde realizaron sesiones de 90 minutos de lectura a grupos de 5 o 6 estudiantes de cuarto grado. Las sesiones incluyeron una variedad de historias tradicionales y textos educativos apropiados para estudiantes de esa edad. Los voluntarios fueron dirigidos por un empleado remunerado de FSP localizado permanentemente en cada escuela participante para asegurar una implementación correcta y proveer asistencia en técnicas efectivas de enseñanza. El programa duró 15 semanas.
Las encuestas recolectaron información acerca de la compresión lectora y las actitudes frente a la lectura de los estudiantes, así como también detalles de la implementación del programa y las características individuales de las escuelas y estudiantes. La implementación del programa se monitoreó a través de visitas aleatorias de observación de las sesiones de reforzamiento educativo y a través de datos administrativos de los alumnos, voluntarios y asistencia de los supervisores.
Resultados y lecciones de la política pública
Implementación: La implementación de SPE varió entre las dos regiones y entre las escuelas individuales. En algunas escuelas, los estudiantes recibieron hasta 15 sesiones (el número acordado) mientras que otras recibieron tan solo 5. En la gran región de Santiago, se le asignó a cada voluntario un grupo de 8 estudiantes. Dada la alta rotación de voluntarios que hubo en esta región, cada estudiante fue tutelado por una cantidad de 3-4 voluntarios diferentes durante el curso del programa. Por otro lado, en la región del Bío-Bío, los administradores del programa asignaron parejas de voluntarios a grupos de estudiantes. Lo anterior, acompañado de una menor rotación de voluntarios, significó que los estudiantes de la región del Bío- Bío tuvieron en promedio solo dos tutores diferentes durante el curso del programa.
Proyecto en curso, próximamente resultados completos.